Recuerdo en una ocasión hablando con universitarios, que salió a colación la palabra “Concatenación”. Les sonó a risa porque la desconocían. Pero es exactamente lo que ocurrió uno de nuestros días en Imperfect.

Como tantas veces, el teléfono sonó. Esta vez era de una residencia pidiéndonos una persona que supiese de cocina, que le gustase y fuese hábil sirviendo al público, y que además pudiera hacerse cargo de la limpieza después. ¡Cuántas cosas, ¿no?!!

Era el momento del break del personal y hablamos sobre el tema. ¡Y sí teníamos a la persona que podía encajar en ese perfil! María, a la que estábamos ayudando a salir adelante, encajaba perfectamente, ¡y además había estudiado geriatría!

En seguida nos pusimos en marcha y al llamar a María, nos confesó que deseaba un trabajo así, que precisamente había hecho prácticas en la residencia en cuestión, y que estaba encantada de esa oferta.

Fue a la entrevista. Todo encajó cual cadena con eslabones perfectos… ¡y ahí sigue nuestra compañera! 

Y esta concatenación de acontecimientos… no terminó ahí realmente, pero si quieres saber más, tendrás que pasarte por aquí, nuestro singular restaurante, y te acabamos de contar la historia.

¡Cuánto nos gusta que pasen estas cosas!!

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